27.6.07

Ahora yo

Si el MSP piensa abanderarse de la "discriminación positiva", entonces debería incluir folletos informativos para otras minorías, empezando por la comunidad gay tan injustamente estigmatizada con el Sida como la afrodescendiente. Aunque me parecería una estrategia mucho más inteligente e integradora poner fotos de jóvenes blancos y negros de forma indistinta. Entonces, el tema ese de que somos todos iguales y que es tan normal ver a un blanco como a un negro en folletos, publicidades, televisión, Parlamento, empresas multinacionales, etc., entra a través del subconsciente, por no decir de la cotidianeidad.

Quizás los afrodescendientes sientan la necesidad de fortalecer sus vínculos comunitarios. Sin embargo, el folleto sobre el VIH del MSP no era el lugar, puesto que perdieron información relevante (como la definición de "seropositivo" y "seronegativo") por hablar de discrimnación. Si el acceso a la salud es distinta y tienen propensión a otras enfermedades, entonces deberían imprimir otro por separado. Es mucho más preocupante el 2x1 de información, no por la comparación entre folletos para blancos y negros.

Por último, la comunicación no es arte. Dudo que los colores rasta y los dibujos aumenten el sentimiento de pertenencia de los afrodescendientes más que la fotografía y la estética minimalista. Eso sí me parece una simplificación discriminatoria.

Aunque usted no lo crea | vol.2

26.6.07

Aunque usted no lo crea


Atención al eufemismo: "El MSP prepara su respuesta".
Doble gracias a Daniela

22.6.07

El misterioso señor K

Jorge Lanata
En
revista Gatopardo (junio 2007)

¿En qué lugar del rostro se esconde el alma? Si esta historia transcurriera en Verona, al norte de Italia, encontraríamos una respuesta sencilla: en la cuna de Romeo y Julieta el médico Cesare Lombroso creó el “positivismo criminológico”.

Existía, para Lombroso, la cara de asesino, el entrecejo de ladrón, el mentó de timador. El alma, creía, construye el rostro; cada uno, entonces tendrá la cara que se merece. Pero esta historia transcurre en el sur; y pero aún, en el sur del sur: en la Patagonia, donde el suelo se convierte en una letanía y el horizonte nunca termina y el viento es tan fuerte que a veces llega a borrar el pasado. Ésta es la historia de un presidente argentino con apellido de pintor alemán, estrábico, ceceoso, desgarbado, de considerable altura y barriga de oficina, con permanente sed de poder, obsesivo y solitario. Nadie se anima a decirle al rey que está desnudo y, por el contrario, hasta se le ha compuesto un curioso himno al estrabismo. José Pablo Feinmann (guionista, ensayista, alguna vez lúcido intelectual) explicó de este modo el cortocircuito en la mirada presidencial: “Kirchner con un ojo ve el todo, y con el otro ve el costado. Ése es su ojo sartiano. Para los políticos, el todo es el aparato estatal, que suelen confundir con el poder. Pero ninguno, salvo Kirchner, ve el costado, que es el Pueblo. (…) Su ojo es el único que pudo verlo”.

Néstor Kirchner fue el presidente argentino que asumió con menor cantidad de votos: 22,3% en las elecciones de 2003 (menos, aún, que Arturo Illia, el radical que presidió Argentina de 1963 con el peronismo proscripto y una avalancha de votos en blanco). En poco más de tres años cooptó a casi toda la oposición, bajo presión o por dinero, convenció al público de que encarna un proyecto “progresista” y sentó las bases de lo que pretende ser una dinastía K. Muy pocos saben dónde estaba, dónde estuvo, qué hizo, de dónde salió y, sobre todo, si –como aventuraba Goethe– será lo que ha sido.

(...)





Para leer el resto del reportaje, suscríbanse. Todavía creo en los derechos de autor y propiedad intelectual.

19.6.07

Una enfermedad, dos folletos

Lo prometido es deuda. Aquí va un juego más original y entretenido que el de los 8 secretos, y que además supo divertirme, enojarme e indignarme (en orden cronológico) .

Encuentre las diferencias entre estos dos folletos informativos*:

1. Frente
1. Dorso

2. Frente
2. Dorso

Aquí van algunas conclusiones:

1. Todos los negros son rasta.
2. Los blancos son dignos de una fotografía. Los negros merecen una ilustración y todavía semi-abstracta (sin ofender a la amiga Mary Portocasas).
3. Los blancos deben informarse sobre el significado de ser "seropositivo" y "seronegativo". Los negros deben aprender (¡en un folleto sobre el SIDA!) de discriminación y derechos de los afrodescendientes (demasiado les cuesta la palabra "afrodescendiente" como para que todavía tengan que aprender las otras dos, negros analfabetos).
4. Los negros interesan menos a los auspiciantes (10 contra 3), empezando por A.N.E.P./CODICEN, donde ni siquiera son bienvenidos para informarse sobre el SIDA.

¿Este es el Uruguay del Pepe Batlle?







*Haciendo clic sobre las imágenes, pueden verlas en gran formato y leer los textos.

Gracias Checha.

13.6.07

Macri me hizo pensar

Sí, Mauricio Macri me hizo pensar lo siguiente: si los políticos no están dispuestos a debatir en un país que vive del escándalo y la pelea, entonces ¿qué queda para nosotros y en particular, para este blog cochino?


Cerramos por duelo hasta próximo aviso
(que bien puede ser el cierre definitivo).
Gracias.





6.6.07

Benetton no existe

Benetton tiene esta visión sobre la realidad

Pero la realidad nuevamente prueba ser bastante más compleja

3.6.07

Más carteles

Lo escaneé de la revista Eseté edición No olvide retirar su billete. Parece que alguien muy malvado diseñó esta señalética y otro demasiado pelotudo la autorizó para el metro de Japón. Brillante combinación.

1.6.07

Una y una para Plan B

Las dos noticias de tapa de Plan B me tentaron (una por interesante, otra por animalesca) y por primera vez compré esta competencia desleal y necesaria de La diaria, que en cualquier otro país del mundo sería gratuito.

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La cultura prostituida*

Un libro y US$ 370 menos en la Biblioteca Nacional
Se dice que la Biblioteca Nacional tiene 900.000 libros. Pero, como máximo, son 899.999.
El primer libro de Mario Benedetti se llama La víspera indeleble. Es un pequeño tomo de poemas que el escritor pagó de su bolsillo en 1945, cuando no era un autor famoso sino un contable que trabajaba en la empresa de los herederos de Francisco Piria.
Benedetti consiguió que un amigo se lo imprimiera barato. El tiraje fue de 500 ejemplares y no se vendió ni siquiera uno. Benedetti reniega hoy de aquella obra. No le gusta y, por eso, nunca incluyó ninguno de sus poemas en sus antologías.
Para cualquiera que quiera estudiar la obra del escritor más popular de Uruguay ese libro es una pieza ineludible. El problema es que el volumen es hoy una rareza, y no se lo puede conseguir ni en Linardi y Risso, ni en las librerías de viejo de la calle Tristán Narvaja. La única opción es consultarlo en una biblioteca, y entonces es cuando llegamos a la Biblioteca Nacional.
La víspera indeleble figura en los ficheros de la mayor biblioteca uruguaya. Tiene el código de colocación PQ 8519 B392 V5 y el de inventario es C 102.246.
Pedí el libro el 31 de marzo. "Esa colocación no existe", me dijo la funcionaria que atendía el mostrador, según le había comunicado el empleado que había buscado el libro. "Sí, existe", le respondí. "No existe", me respondió y me envió al mostrador de "Referencia".
Fui. Allí le mostré mi boleta de pedido a tora funcionaria que decidió acompañarme al fichero para ver si yo me había equivocado al anotar los números. Buscamos la ficha de La víspera indeleble. La funcionaria de "Referencia" corroboró que los datos estaban bien anotados y ella misma se ofreció a ir a buscar el libro al lugar donde correspondía que estuviera. Fue y, al al rato, volvió con las manos vacías. "El libro ya no está", me dijo.
Había, sin embargo, una esperanza: debía haber otro ejemplar en la llamada Sala Uruguay de la biblioteca, en la colocación 1º PQ 8519 B392 V5. Pero volvió a ocurrir lo mismo: misteriosamente, ese ejemplar también había desaparecido. La funcionaria explicó que ambos libros se habían perdido o se los habían robado.
Viendo que un ejemplar de La víspera indeleble "con ínfimas roturitas en la parte superior de la tapa" se vende a 370 dólares en la página web de la librería Ninon de Buenos Aires ("libros usados, raros y agotados"), el lector comprenderá cuál es la opción más probable.
Lo más asombroso es la reacción de los funcionarios de la Biblioteca ante un caso tan grave. Cuando se comprueba que el libro "desapareció", el asunto termina ahí. Nadie anota el caso para avisar a la dirección o para que se consiga una nueva copia. No se retira la ficha del libro desaparecido, para evitarle la molestia al próximo usuario. No se le pide perdón al lector. Y lo que es peor, tampoco se hace la denuncia policial. Por alguna razón, a la misma persona que haría un escándalo si alguien le robara 370 dólares del bolsillo, le parece lo más normal que alguien se los robe a la Biblioteca Nacional.
No es la primera vez que vivo esa situación. Me ha pasado con otros libros y con colecciones de periódicos.
Volví a la Biblioteca Nacional el 25 de mayo. La ficha de La víspera indeleble sigue allí como si el libro estuviera. Lo pedí nuevamente. El libro no está, me dijeron, y a nadie pareció importarle más nada. Hay que fingir que los libros siguen existiendo.
Enterada de lo ocurrido, la subdirectora de la Biblioteca, Mabel Batto, dijo -en la mañana del 28 de mayo- que investigaría lo ocurrido con La víspera indeleble. En la tarde tenía novedades: el ejemplar de la Sala Uruguay había aparecido, estaba "caído" atrás de un estantería. Al parecer, cuando la subdirectora pide un libro, los funcionarios lo buscan mejor que cuando los pide un simple mortal.
Pero las buenas noticias se terminaron allí. El ejemplar de La víspera indeleble de la sala general, en cambio, definitivamente no está. "Alguien se lo tiene que haber llevado", dijo la subdirectora Batto. Agregó que su desaparición no consta en ningún inventario, no existe denuncia ni anotación que explique su ausencia. Ni siquiera se sabe desde cuando falta. Es un misterio.
Así se conserva el acervo nacional. Estos son los controles del Estado. Éste, nuestro estándar de seguridad. Éste, nuestro nivel de respeto al público y al ciudadano. Éste es el celo de muchos funcionarios. Mientras escribo, el senador Sergio Abreu habla en la radio de instalar una central nuclear en Uruguay. Qué gracioso.
(Informante: Leonardo Haberkorn)




*Y ni siquiera su fiolo-Estado la defiende.


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Los números no me cierran, doctor*

En Villa del Carmen forecieron los desencuentros Astori-Mujica
Anuncios. Millonarias inversiones para reparar los daños de las inundaciones.

(Pie de imagen) Cuatro años tengo yo, dice el niño, y el presidente también. ¿O serán cuatro años más?





*Usted padece el síndrome de linguoludopatía. Lo siento, debemos amputarle La diaria.


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Tipeé la nota y el pie de imagen respectivamente porque Plan B no tiene página web de donde copiar y pegar. Disculpen si hay algún error, de nada por ahorrarles $15.